El destructor de todo

Somos indiferencia, el último atisbo de moral que nos queda, se perderá con la evolución de una sociedad cínica.
Sentimientos contradictorios abrazan el alma humana que sin poder defenderse, va destruyendose, así como cada pensamiento nos lleva a degenerar la inocencia de la infancia que se va perdiendo, mientras que la integridad de la moral se desvanece. Porque el ser humano es el destructor de sentimientos y agoniza.

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