La verdad de la mentira

El que dide mentiras tiene que tener una memoria proverbial. "Decir siempre la verdad hace que nunca tengamos que estar pensando en lo que dijimos". Pienso que esto no es sólo una gran frase, sino una verdad como un piano. Y es que sólo la verdad nos puede hacer libres.
Vuelvo a repetir que el que dice mentiras tiene que tener una memoria proverbial, porque siempre tiene que mantener la misma mentira para no ser descubierto y, por otra parte, expresar la verdad es de la única manera de verse libre de problemas circunstanciales ocasionados por lo que no es correcto.
Las mentiras continuadas se se acumulan unas sobre otras, y siempre ocurre lo que dice el viejo y sabio refrán: "Se coge antes a un mentiroso que a un cojo". !Qué gran verdad!.
Uno no puede defender varias cosas opuestas al mismo tiempo, porque entra en profundas contradicciones que son rápidamente descubiertas como productos de la mentira.
El que engaña a mucha gente acaba por engañarse a sí mismo. Y al hacer ésto toda su personalidad se derrumba y acaba siempre sumido en la miseria y la soledad, porque ya nadie le cree.
Recuerdo el famoso cuento del mentiroso pastor de ovejas que tenía la costumbre de reírse y mofarse de sus compañeros diciendo a grito pelado: "!Qué viene el lobo. Socorro. Auxilio. Ayudadme que viene el lobo!". Los demás pastores acudían prestos y rápidos al lugar para defenderle, pero se encontraban con el caso de que el pastor de ovejas les había mentido y se reía a carcajadas de los demás. Esto se repitió por muchas veces, hasta que llegó una ocasión en que el lobo vino de verdad y ante los desesperados gritos de petición de ayuda que lanzaba el pastor mentiroso, nadie acudió a ayudarle y el lobo se comió todas las ovejas.
Triste. Verdaderamente triste es ver que hay personas muy inteligentes esclavizadas por la mentira. Una mentira siempre tiene poca vida, aunque en principio parezca lo contrario, y una vida entera vivida con el disfraz de mentiroso lleva siempre a la destrucción de la persona,
La mentira te esclaviza porque siempre tienes que estar defndiéndola, mientras que la verdad no necesita para nada que se la defienda porque se mantiene siempre firme en sí misma.

Entradas populares