La historia de mi alma

Cuando caes en la desesperación de tu vida, es muy difícil salir de ella, quizá, incluso no puedas, yo también estaba dentro de esta desesperación y, pensaba que nunca saldría de ella. Recuerdo que en una ocasión tenía la impresión de que podría salvarme y que podría salir de aquel pozo negro, sin embargo, era mentirá, yo no podía salir, al menos solo, por desgracia no tenía a nadie que me cediera su ayuda, lo único que podía hacer era esperar, esperar y esperar a que la desesperación llegase a su fin. Finalmente el día en el que estaba decidido a morir llegó, pensaba que podría hacerlo fácilmente gracias a la falta de sentimientos que la desesperación había generado, pero no, mientras me dirigía hacia el pequeño y triste edificio en el que había decidido soltar mi último aliento, sólo podía desear que alguien me detubiese, porque yo, sabia que si llegaba a la azotea, no tendría camino de retorno y de seguro que moriría. Supongo que al final yo también era humano y por consiguiente tenía los miedos que todos tienen. El miedo a la muerte, a la soledad y por lo tanto el miedo a morir solo, por desgracia nadie me detuvo, "supongo que al final no le importo a nadie", repliqué mientras las lágrimas me resbalaban por la cara, después de secarme, me dirigí hacia el edificio, había ascensor, pero, supongo que quería unos últimos minutos de ejercicio, cuando llegué a la azotea, decidido a morir, me acerqué lentamente al borde de la azotea, como era de suponer, era un lugar deprimente y triste, como yo y mi vida, supongo que por eso lo elegí al ver que no tenía marcha atrás, hice una pequeña sonrisa, uno de esos que no gusta a la gente, y repliqué con un tono de ironía "he elegido un buen lugar para morir". Finalmente, me subí a un pequeño escalón que había, y contemplé el bonito paisaje urbano y rural, una mezcla de ciudad y pueblo, cuando ya estaba calmado y dispuesto a saltar, de pronto una persona me llamó " ......., ....... ", gritaba con desesperación, no paraba de repetirme que fuese con ella, le respondí a todas las llamadas diciendo mientras sonreía "no te preocupes, gracias a ti, moriré feliz", en aquellos momentos pensé que ya podía morir, alguien se preocupaba por mí y decididamente, le dije adiós mientras saltaba, todo cambia cuando en un momento de estupidez miré hacia arriba era ella, que lloraba mientras me gritaba, en aquellas milésimas de segundo que caía, mi vida cambió, mi mentalidad cambió, todo cambió en mí, pero , ya era demasiado tarde, ya estaba cayendo, y no había marcha atrás, continué cayendo abajo lloraba, aquellos según me hacían eternos, por primera vez, tenía ganas de vivir, quería conocer aquella persona que estaba llorando por mí, sin embargo, no podía, todo se había acabado para mí, recuerdo que cuando choqué contra el suelo sentí un dolor horrible, aunque no duró ni una milésima de segundo, fue un momento horrible, fue como si todo el sufrimiento que había oído en mi corta pero triste vida se multiplicas por mil, la muerte era tan aterradora como creía. Pero por suerte, no morí, o al menos es lo que creía antes.
No pasaron más de diez segundos, que me levanté, estaba extrañado, y quizás un poco asustado, pero a la vez estaba feliz porque podría pedirle disculpas a la persona de la azotea, de repente, como si no me hubiera pasado nada, como si no me hubiera muerto, me levanté, y corrí hacia el pequeño y triste edificio,

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