La ruleta de la locura

Que se yo... podría haberte desconocido como se desconocen las almas en la multitud de una huelga, podríamos haber seguido de largo y jamás encontrarnos en el limbo de andares perdidos, pero el destino bonachón cuál ruleta de los locos, nos acomodó en su tablero de ajedrez para vaya a saber que experimento...
Su nombre era paz, mi nombre era vago... discutíamos por si tus manos eran pequeñas, o yo las tenia grandes... planteábamos el futuro como ese tío que nos trae regalos para navidad, que la suma de "1 y 1" siempre nos daba como resultado "4" porque todos traemos un ángel que nadie cuenta... jamás fantaseábamos sobre tener hijos, proyectos personales, pecados pasados, o de la misma inutilidad de seguir hablando...
Era fuego en los besos y un témpano en los susurros. Nos incomodaba expresar los mismos discursos cursis que tenían las parejas de otros bancos de plaza, pero los respetábamos, quizás porque en lo submarino de nuestros deseos queríamos ser igual a ellos.
Que se yo... no nos arrepentimos por cambiar nuestras poesías por unas pulseras que nunca lucimos en público... y teníamos la extraña sensación de constantes temblores de la tierra, por eso nos abrazábamos... hasta que la replica viniera a despertarnos...

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