El poder de la subjetividad

Es el momento de aprovechar al máximo el poder de la subjetividad. Todo lo que ocurre a nuestro alrededor tiene causas y consecuencias y, quizá, cuando nos planteamos un hecho, dejamos al lado este magnífico poder que tenemos los humanos. Parto del convencimiento de que nada es negro o blanco, que no existe el siempre ni el nunca, sino que depende del ánimo con que afrontemos los acontecimientos. ¿Algo más subjetivo que el ánimo?
Parece que nos guste sufrir y elegir la proporción del color negro en vez del blanco. Nosotros mandamos en nuestros pensamientos, los creamos. Muchas veces decimos “me encantaría pero…” y eso no nos hace bien. Hay que arriesgar, de todo se sale antes o después, mejor o peor, y siempre hay un interruptor esperando para ser accionado y vuelva la luz para aquel que creía que se apagaría para siempre. Pensemos más en lo positivo de lo que nos ocurre, aprovechemos la subjetividad. Hay pocos elementos en la vida de cada uno que sean objetivos, la mayoría son subjetivos. Hay mucho campo abierto si hacemos que un haz de luz provenga del enriquecimiento de lo positivo, no ves que lo negativo son solo barreras destruibles con pensamientos positivos.
Se puede avanzar tanto en tantos campos si unimos la subjetividad y el positivismo, que si no lo hacemos es por miedo a ser felices.

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