Regalarnos los oídos

De vez en cuando hay que regalarse los oídos. De vez en cuando la vida te pone una zancadilla, una jugarreta de esas que nunca hubieras esperado. De vez en cuando es bueno mirarse al espejo y quererse tal y como uno es. Sin exigir nada, sólo vivir. Pero paralelamente esta vida que tan mal quiere tratarte, te da un respiro. Te hace un regalo: Tú que siempre has sido muy exigente y duro para ti mismo. Que siempre has pensado que eras el más insignificante, y que no interesabas a nadie, porque no mereces la pena, de pronto ves que si interesas, y que te ofrecen un cariño y apoyo que no hubieras nunca imaginado. Y esto se convierte en la mejor de las terapias. Por ello de vez en cuando hay que dejarse mimar, escuchar que estás estupendo y que ya tocaba que todo fuera de color de rosa para ti, aunque haya que seguir adelante y ser conscientes de que nos queda mucho camino por recorrer en este sendero sin fin que es la vida. Pero de vez en cuando debemos sentarnos en un recodo del camino, mirar alrededor, y calladamente escuchar lo que el resto del mundo tiene que decirnos. Mis oídos están predispuestos a escuchar todo lo que la vida me quiera decir, y por qué no... Regalarnos los oídos.

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