La vida

Cuando hablamos de la vida nos referimos a ello como algo temporal, algo que tarde o temprano llega a su fin, y la verdad es que no vamos desencaminados, porque la vida es eso que transcurre entre tu nacimiento y tu fallecimiento, pero si indagamos un poco más en ella, si miramos un poco más adentro, podemos ver que la vida no se resume solo en eso. A lo largo de nuestra vida conocemos mucha gente, de la cual casi todos tarde o temprano se van, y son solo unos pocos los que se quedan. Vivimos muchos momentos felices, pero también muchos tristes. Nos adentramos en lugares inhóspitos, cometemos locuras, nos enamoramos, sufrimos, reímos, lloramos... Experimentamos miles de sensaciones y todas y cada una de ellas son distintas entre sí, también tenemos momentos donde nos creemos invencibles, donde nada ni nadie puede con nosotros, y por mucho que la vida o la gente lo intente, seguimos al pie del cañón en todo momento, dándonos igual cuantos golpes nos llevemos, porque no, no hay nada más fuerte y rudo que nosotros, pero hay otros momentos en los que bueno... Todo se hace cuesta arriba, no hay nada que te empuje, y por mucha gente que tengas o mucha ayuda que te presten, no consigues salir adelante, porque es como si se hubiese dado la vuelta a la baraja y fuese la vida la que es invencible, pero de todo se sale, porque la misma vida que nos da los golpes, nos tira al suelo, y muchas veces nos atormenta, nos enseña que podemos levantarnos. Denominamos a la vida como eso que tenemos y que cuanto más mayor te haces, más rápido pasa, y muchas veces no nos paramos a disfrutarla porque no somos capaces de ver la belleza en las pequeñas cosas que nos regala. Por eso yo te digo que frenes, que observes, no tengas prisa por avanzar o llegar a la meta, porque lo bonito no es el final, lo bonito está en el camino y las cosas que vivimos.

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