Y si tal vez...

En el fondo ya hemos dejado de soñar con ese príncipe azul o esa hermosa princesa. Gracias a que conocimos el amor verdadero e imperfecto, somos conocedores de que el auténtico amor es el de los defectos y las discusiones, el que hace que un simple detalle pueda abrirnos los ojos como nunca lo han hecho los mejores escritos en la historia, el que nos hace elegir una película y un sofá con nuestro gran universo en la Tierra antes que una noche de fiesta, ese que te hace ver preciosa a la persona amada recién levantada y cuidar de ella cuando esta enferma sin considerarlo una molestia. Ese es el amor más grande, el más sentido por todo eso y por pensar que el siempre juntos nunca miente si es sincero por ambas partes y que los te quiero vienen sin condiciones. Y por esto pienso que no es que hayamos perdido la capacidad de enamorarnos, a veces no nos queremos ni a nosotros mismos y otras... en otras llegamos a cierta edad en la que es imposible que nos hayan salvado el corazón de ser herido en gravedad. Tal vez son demasiadas cicatrices las que lo marcan o quizás es que nos lo han destrozado por completo. Comenzamos a mostrarnos ante el amor con miedo, con desgana o con el pensamiento de que nunca más volveremos a sentir algo tan grande como lo que hemos vivido con esa persona que nos alegraba la vida con un poco de charla y que nos hacía sentir la más pura esencia de la vida en el cuerpo... O igual lo que nos ocurre es que se nos acabó el amor de tanto usarlo.

Entradas populares

La vida