Días malos

Todos tenemos días malos, días en los que nada nos sale bien, todo nuestro alrededor no ayuda a animarse, y que por mucho que lo intentes, no consigues animarte hasta que te despiertas al día siguiente, pero luego hay días que no se pueden ni denominar días... Días que se suman a mas días, y que hacen malas rachas. Pues ahí estoy yo, que no consigo levantar cabeza, y no será por no tener apoyo, porque tengo que reconocer que tengo bastante apoyo, tampoco es por motivos, porque tengo mil y un motivos para estar bien, pero hay días que no se puede... Por más que lo intentas no hay forma de levantar cabeza, y lo único que consigues es hundirte poco a poco más, te sientes un estorbo para todo el mundo, como si fueses ese muro que no deja ser feliz a la gente... Y lo peor es que pasan los días y no consigues levantar cabeza por más que lo intentas, buscas cualquier motivo para poder volver a sonreír, para volver a estar alegre, pero nada parece suficiente, nada consigue darte ese empujón que necesitas... La gente de tu alrededor ve que te estancas y no pueden hacer nada, y no es su culpa, sino que tu mente no te deja levantarte, al contrario, te empuja hacia abajo, y todos sabemos que contra tu mente, poco se puede hacer. Te sientes culpable porque ves que te intentan animar, y lo único que puedes hacer es soltar una triste sonrisa para dejarles tranquilos y que piensen que estás animándote, pero tu sabes que no es así. Incluso hay momentos donde la única solución que le ves es quitarte del medio para dejar de molestar, y aunque sabes que no es la solución, tu mente lo tiene muy presente. Son días en los que tu mejor escapatoria es evadirte de este mundo, pero tarde o temprano hay que volver, y vuelves a la misma mierda...

Entradas populares

La vida