Pararse a observar
Llegada estas alturas de mi vida, me detengo y me doy la
vuelta. Observo detenidamente, y me doy cuenta de toda la gente que e
dejado atrás, recuerdos, baches que he superado. Entonces, llego a la
conclusión de que esto no ha hecho más que empezar. También puedo
apreciar que tengo recuerdos de momentos felices, recuerdos alegres, e
incluso actos de auténtica valentía. Vuelvo a rotar sobre mi posición,
sin embargo, me siento mejor, pero aún sigo teniendo esa cuerda atada a
mí, desde la cual me siguen todas las preocupaciones, problemas de la
gente que me importa, mis propios problemas, y de frente me ralentiza
un fuerte viento llamado estrés, y no es solo eso, sino que, hay veces
que comienzan a caer gotas que me ralentizan aún más, a la vez que me
enfrían, y eso recibe el nombre de soledad. Se que nada de esto me hará
retroceder porque yo forjé mi camino, decidí ir por el camino difícil, y
en el cual tendré un final de camino fácil, en vez de al revés. Yo os
animo a seguir adelante, porque todo esfuerzo conlleva una recompensa, y
esa recompensa tarde o temprano llegará.