El principio de un final
Todo principio tiene un final, y todo final tiene un principio. Lo que
hoy parece sólido e indestructible, mañana puede desvanecerse como se
desvanece el sol en cada atardecer o como lo hace el agua entre las
manos. Puedes pensar que lo tienes todo y no tener nada. Un amigo no
siempre será un amigo, ni todo lo que brilla tendrá siempre valor. A
veces la soledad es triste y desgarradora, pero en otras ocasiones el
silencio al que acompaña puede ser tu mejor aliado, donde nace la
soledad, aparece el silencio y si eres capaz de escucharlo tendrás un
buen maestro. El tiempo oxida todo lo bueno, y aun siendo el propio
tiempo el que nos permite disfrutar de lo bueno, es también él quien nos
lo quita con su paso aterrador, frío, lento pero capaz. Nos acompaña la
melancolía de todo lo bueno que pasó y nos tortura la inquietud de que
pasará. Puede que no exista el mañana por mucho que el ayer se empeñe en
empujarnos hacia él para olvidarnos de las caídas del pasado, puede que
sólo exista un presente constante en el que disfrutar lo bueno y
afrontar lo malo, puede que el mañana sea el fin y nuestro presente
únicamente… El principio de un final.