Infidelidad
Todos hemos vivido o conocido de una historia de infidelidad. Historias
en las que aún amando con todo nuestro ser, dando todo lo que un ser
humano puede dar, jamás olvidando un cumpleaños ni fecha importante,
siempre atentos y enteramente entregados, se sufre de una infidelidad. Entonces nos preguntamos: ¿Qué falló en mí que buscó a otro? Son preguntas que no tienen respuestas porque sólo el corazón de la otra persona puede darlas a conocer, y eso no ocurrirá. Es
muy doloroso cuando suceden estas situaciones, sobretodo si sabes que
diste todo de ti mismo por tu pareja. Hay cosas que duelen mucho, son
como espadas, y una de ellas es la infidelidad. Una vez que sucede,
¿cómo recoges los pedazos que quedaron regados por el camino? Sólo
el tiempo puede ayudarte, es un luto que llevas muy dentro de ti y que
sólo tú puedes superar. No existe una varita mágica que te pueda borrar
ese dolor. Sólo nos queda dejar que transcurra el tiempo mientras
nuevamente tratamos de levantarnos. No es fácil, porque la dolorosa
experiencia nos hace dudar de cualquier persona que se nos acerca. Es
incluso posible que una buena persona que merece ser amado se nos
acerque, pero estamos tan dolidos que no resulta fácil cambiar el chip y
volver a comenzar. Todos recomiendan no buscar pareja en ese
momento de dolor, porque es cuando más sensible está tu corazón. Estás
tan vulnerable que crees que cualquier cosa te servirá para olvidar,
pero te equivocas. Debes quedarte en silencio, meditando, tomando
esto como un luto que llevar hasta que vuelvas a ver la luz del sol, pero
el proceso es difícil, y en momentos recordando la traición desearías
no vivir ni hacer nada. Dios siempre está detrás de todos
nuestros conflictos interiores, pide ayuda, no te quedes solo, pero no
te vayas con la primera que te dice cosas bonitas, porque será un error y
te darás cuenta con el tiempo. Espera tranquilamente que llegue
la persona adecuada a tu vida, te volverán a dar ganas de amar, volverás
a ver que los días tienen colores y no son en blanco y negro como los
ves ahora. Ten fe, pide a Dios que te de serenidad y que sepas
mirar bien a quien le darás de nuevo tu corazón y tu fidelidad. Son
tesoros muy preciados, no se lo entregues a cualquiera, tú vales mucho y
tienes derecho a amar y ser amado tal como eres. La infidelidad
es algo muy triste tanto para quien la comete como para quien la recibe,
porque no se puede tener paz en el corazón sabiendo que destrozaste
otro, aunque siempre hay excepciones de los que la cometen que no les importa el hecho de haber roto un corazón.