¡Llegó el verano!
Un día te levantas y la habitación está llena de rayos de sol. El cielo
es azul y algunas nubes muy blancas se sientan sobre él. La música
regala notas alegres, invitándote a bailar. Y bailas, solo, con alguien y
sin coreografía. Divirtiéndote a primera hora de la mañana. Como si te
esperase un gran día. Uno diferente. Uno de esos para guardar, para
escribir, para dibujar. Y te pones tu mejor ropa, deseando que ayude. Y
sales a la calle, sonriendo. Pensando en lo bueno que tienes y olvidando
lo peor. Agradeciendo el calor y el aire que, de vez en cuando, te
saluda. Y entonces lo sabes. Sabes que ya es verano. Que llegó el tiempo
de piscina, de playa, de leer por placer, de fiesta, de amigos, de
enamorarse. El verano de escuchar música, de dormir sin despertador, de
tomar el sol. El verano que deseabas y que te merecías. Pero, sobretodo,
un verano especial y diferente gracias a aquellas personas que con una
sonrisa, unas palabras o un abrazo hacen que cada día de tu vida sea un
día para recordar.